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El rey Juan Carlos será uno de los ponentes de la candidatura de Madrid 2016 durante la sesión del Comité Olímpico Internacional (COI) del próximo día 2, en Copenhague, en la que se decidirá la sede de los Juegos que sucedan a los de Londres. Si en julio de 2005, en Singapur, fue la Reina quien cerró la sesión de intervinientes de la candidatura madrileña, esta vez el turno le corresponderá al monarca, ausente en la cita asiática. Madrid se disputa los Juegos de 2016 con Chicago, Río -que en 2014 organizará el Mundial de fútbol- y Tokio.
Estaba todo perdido, pero resurgen las esperanzas y Río de Janeiro no lo tiene tan asegurado como se creía. Si Don Juan Carlos viaja a Copenhague el 2 de octubre, habrá 'partido'. Y será todo más difícil aún si Obama le secunda y se desplaza a Dinamarca.
Aunque nadie lo reconoce en público, la candidatura olímpica estaba muy alicaída, tras las sorprendente filtraciones de Havelange al respecto de los votos del COI que ya tenía asegurados Rio de Janeiro. El mítico zorro de la FIFA echó un jarro de agua fría a todas las aspirantes, y en especial a Madrid, la única que parecía tener ganas sinceras de coger la antorcha olímpica: Tokio parece autodescartada; y aunque Chicago quiere, carece de presupuesto público y tiene enormes dificultades para demostrar un mecenazgo privado.
Tan era así que, en medios oficiales, se daba por supuesto que el Rey no viajaría a Dinamarca para asistir, por segunda vez consecutiva, al fiasco madrileño: demasiado fracaso perjudica a la imagen propia, y en especial cuando medio mundo está pendiente ese día de las sonrisas de unos y las lágrimas de otros. Iba a ser la Reina, en fin, la que digiriera el sapo en directo, bien cerca de Gallardón, Aguirre y Zapatero.
Pero algo ha debido cambiar para que Don Juan Carlos vaya a estar presente en Copenhague, tierra de reyes y dramas: su ascendencia en el COI le garantiza información oficiosa, influencias y contactos; de lo que puede deducirse que no todo estaba tan hecho para la candidatura brasileña, por mucho que interese reforzar a Lula en un contexto geopolítico excesivamente capitalizado por sátrapas como Chaves. Interesa que en Latinoamérica haya un contrapeso, sí, ¿pero al precio de someter a una nación al doble esfuerzo de organizar un Mundial de Fútbol y una Olimpiada de forma consecutiva?
"Pues claro que podemos ganar", afirma una fuente muy próxima a la candidatura, que no habla de cara a la galería. Y reconoce que la presencia del Rey sería muy estimulante.
Tanto como la de Obama, que tras barajar el envío de la primera Dama, ahora estudia desplazarse a Copenhague y ha escrito personalmente al COI para desmentir que la Casa Blanca no esté demasiado volcada en la candidatura de Chicago.
Si el poderoso presidente americano está en Dinamarca dentro de unos días, el sprint final será aún más apasionante y la decepción final, de quien sea, alcanzará un dramatismo inédito. Ojalá las sonrisas sean madrileñas, que se lo han ganado; y las lágrimas ajenas.
Estaba todo perdido, pero resurgen las esperanzas y Río de Janeiro no lo tiene tan asegurado como se creía. Si Don Juan Carlos viaja a Copenhague el 2 de octubre, habrá 'partido'. Y será todo más difícil aún si Obama le secunda y se desplaza a Dinamarca.
Aunque nadie lo reconoce en público, la candidatura olímpica estaba muy alicaída, tras las sorprendente filtraciones de Havelange al respecto de los votos del COI que ya tenía asegurados Rio de Janeiro. El mítico zorro de la FIFA echó un jarro de agua fría a todas las aspirantes, y en especial a Madrid, la única que parecía tener ganas sinceras de coger la antorcha olímpica: Tokio parece autodescartada; y aunque Chicago quiere, carece de presupuesto público y tiene enormes dificultades para demostrar un mecenazgo privado.
Tan era así que, en medios oficiales, se daba por supuesto que el Rey no viajaría a Dinamarca para asistir, por segunda vez consecutiva, al fiasco madrileño: demasiado fracaso perjudica a la imagen propia, y en especial cuando medio mundo está pendiente ese día de las sonrisas de unos y las lágrimas de otros. Iba a ser la Reina, en fin, la que digiriera el sapo en directo, bien cerca de Gallardón, Aguirre y Zapatero.
Pero algo ha debido cambiar para que Don Juan Carlos vaya a estar presente en Copenhague, tierra de reyes y dramas: su ascendencia en el COI le garantiza información oficiosa, influencias y contactos; de lo que puede deducirse que no todo estaba tan hecho para la candidatura brasileña, por mucho que interese reforzar a Lula en un contexto geopolítico excesivamente capitalizado por sátrapas como Chaves. Interesa que en Latinoamérica haya un contrapeso, sí, ¿pero al precio de someter a una nación al doble esfuerzo de organizar un Mundial de Fútbol y una Olimpiada de forma consecutiva?
"Pues claro que podemos ganar", afirma una fuente muy próxima a la candidatura, que no habla de cara a la galería. Y reconoce que la presencia del Rey sería muy estimulante.
Tanto como la de Obama, que tras barajar el envío de la primera Dama, ahora estudia desplazarse a Copenhague y ha escrito personalmente al COI para desmentir que la Casa Blanca no esté demasiado volcada en la candidatura de Chicago.
Si el poderoso presidente americano está en Dinamarca dentro de unos días, el sprint final será aún más apasionante y la decepción final, de quien sea, alcanzará un dramatismo inédito. Ojalá las sonrisas sean madrileñas, que se lo han ganado; y las lágrimas ajenas.
CNN +
http://www.eldigitaldemadrid.es/content/view/6270/52/
http://www.elpais.com/articulo/madrid/Rey/sera/ponentes/Madrid/2016/Copenhague/elpepiespmad/20090923elpmad_2/Tes
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http://www.eldigitaldemadrid.es/content/view/6270/52/
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